Liturgia y santoral 10/9/19 MARTES

FERIA
Colosenses 2,6-15
Dios os dio vida en Cristo, perdonándonos todos los pecados
Hermanos: Ya que habéis aceptado a Cristo Jesús, el Señor, proceded según él. Arraigados en él, dejaos construir y afianzar en la fe que os enseñaron, y rebosad agradecimiento. Cuidado con que haya alguno que os capture con esa teoría que es una insulsa patraña forjada y transmitida por hombres, fundada en los elementos del mundo y no en Cristo. Porque es en Cristo en quien habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad, y por él, que es cabeza de todo principado y autoridad, habéis obtenido vuestra plenitud. Por él fuisteis también circuncidados con una circuncisión no hecha por hombres, cuando os despojaron de los bajos instintos de la carne, por la circuncisión de Cristo.
Por el bautismo fuisteis sepultados con el, y habéis resucitado con él, porque habéis creído en la fuerza de Dios que lo resucitó de entre los muertos. Estabais muertos por vuestros pecados, porque no estabais circuncidados; pero Dios os dio vida en él, perdonándoos todos los pecados. Borró el protocolo que nos condenaba con sus cláusulas y era contrario a nosotros; lo quitó de en medio, clavándolo en la cruz, y, destituyendo por medio de Cristo a los principados y autoridades, los ofreció en espectáculo público y los llevó cautivos en su cortejo.

Salmo responsorial: 144
El Señor es bueno con todos.
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; / bendeciré tu nombre por siempre jamás. / Día tras día, te bendeciré / y alabaré tu nombre por siempre jamás. R.
El Señor es clemente y misericordioso, / lento a la cólera y rico en piedad; / el Señor es bueno con todos, / es cariñoso con todas sus criaturas. R.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, / que te bendigan tus fieles; / que proclamen la gloria de tu reinado, / que hablen de tus hazañas. R.

Lucas 6,12-19
Pasó la noche orando. Escogió a doce y los nombró apóstoles
En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

SANTORAL:
• San Agabio de Novara, San Auberto de Avranches, San Eduardo Barlow, San Nemesio de Alejandría, San Nicolás de Tolentino, Santa Pulqueria, San Salvio de Albi, San Teodardo de Maastricht.
• Beato Jacobo Gagnot, Beato Oglerio de Locedio, Beato Sebastián Kimura y compañeros.

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Nicolás de Tolentino fue miembro de la orden de los Agustinos Ermitaños, fundada un año antes de su nacimiento y a la que accedió en 1256, tras una infancia y juventud de fervor religioso. Fue ordenado sacerdote en 1269 en Cingoli, y pasó a dedicar su vida al apostolado desde Tolentino. Centró su tiempo en la meditación y la oración, así como en la atención de los enfermos y necesitados.
Su vida de asceta dentro de la orden y algunas de sus costumbres personales como su renuncia a lo material, la dieta hipocalórica, la oración constante y su sueño irregular lo acercan a la de otros místicos cristianos a los que también se atribuye contacto con la divinidad. Permaneció treinta años en el convento de Tolentino dedicado a visitar a los enfermos, consolar a los afligidos y socorrer a los pobres. Declaró que en una ocasión, hallándose gravemente enfermo, tuvo una visión de la Virgen María que le daba de comer unos bocados de pan, con lo que quedó repentinamente sano. En memoria de ello, se bendicen en el día de su festividad unos panecillos llamados «de San Nicolás».
Murió el 10 de septiembre de 1305 en Tolentino.
La Iglesia católica lo canonizó el 5 de junio de 1446, al atribuírsele más de 300 milagros acaecidos tanto en vida como post mortem. Fue el primer agustino canonizado.
Se le considera protector de las ánimas del Purgatorio, e intercesor por la justicia, la maternidad, la infancia y la salud. Su cuerpo incorrupto fue presentado en 1345, momento en el que le fueron amputados ambos brazos para la construcción de un relicario. Su día se festeja el 10 de septiembre.
Sus restos se conservan en la Basílica de San Nicolás, en Tolentino (Italia).