Liturgia y santoral 12/4/13 VIERNES

FERIA
– Hch 5, 34-42. Salieron contentos de haber merecido aquel ultraje por el Nombre.
– Sal 26. R. Una cosa pido: habitar en la casa del Señor.
– Jn 6, 1-15. Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron
En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: “¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?” Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: “Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.”
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?” Jesús dijo: “Decid a la gente que se siente en el suelo.” Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.
Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: “Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.” Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: “Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.” Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

SANTORAL:
Santos: Zenón, Constantino, Damián, Erkembodo, obispos; Julio I, papa; Sabas, Víctor, Lázaro, Menna, Juan, David, mártires; Visia, virgen y mártir; Florentino, Alfiero, abades.

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Julio I, papa nº 35 de la Iglesia Católica entre el 6 de febrero de 337 y el 12 de abril de 352, fecha de su muerte
Confirmó en su puesto a dos obispos católicos a quienes los arrianos habían hecho abdicar. En el otoño de 341, Julio I convocó un concilio al que asistieron 50 obispos con el propósito de pronunciarse de nuevo en contra del arrianismo y condenar a quienes deponían obispos a su antojo.
A la muerte de Constantino I el Grande, el imperio se dividió entre sus tres hijos, uno de ellos, Constantino II, pronto desapareció de la historia y quedaron como emperadores sus otros dos hijos, Constancio II, en Oriente y Constante en Occidente. Mientras que Constante era católico, Constancio era arriano. En 350, Constante fue asesinado y el Imperio se reunificó bajo el mando de Constancio. El emperador desató entonces una terrible persecución contra la Iglesia.
Julio I fijó para la Iglesia de Oriente la solemnidad de Navidad el 25 de diciembre, en vez del 6 de enero, junto con la Epifanía. Tomó esta fecha porque, en el calendario juliano, el solsticio de invierno ocurría en ese día, siendo este acontecimiento festejado por muchos pueblos del Hemisferio Norte como un nuevo renacer del ciclo de la vida