Liturgia y santoral 13/11/14 ML: S. LEANDRO
Memoria libre: SAN LEANDRO, obispo
– Flm 7-20. Recíbelo, no como esclavo, sino como hermano querido.
– Sal 145. R. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob.
– Lc 17, 20-25. El Reino de Dios está dentro de vosotros
20 Habiéndole preguntado los fariseos cuándo llegaría el Reino de Dios, les respondió: «El Reino de Dios viene sin dejarse sentir.
21 Y no dirán: “Vedlo aquí o allá”, porque el Reino de Dios ya está entre vosotros.»
22 Dijo a sus discípulos: «Días vendrán en que desearéis ver uno solo de los días del Hijo del hombre, y no lo veréis.
23 Y os dirán: “Vedlo aquí, vedlo allá.” No vayáis, ni corráis detrás.
24 Porque, como relámpago fulgurante que brilla de un extremo a otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su Día.
25 Pero, antes, le es preciso padecer mucho y ser reprobado por esta generación.
SANTORAL:
Diego de Alcalá; Arcadio y compañeros mártires; Eugenio, Quinciano, Gondulfo, Bricio, obispos; Maxelende, virgen y mártir; Constante, anacoreta; Kiliam, presbítero; Beatos Luis de Versighia, obispo, y Calixto Caravario, presbítero, mártires; Abbón, Valentín, Solutor, Víctor, Nicolás I, papa; Antonino, Cebina, Germán, Ennata, Mitrio, Arcadio, Pascasio, Probo, Eutiquiano y Pablito, mártires.
San Leandro nació en torno a los años 535-540 en Cartagena (Andalucía), de una familia de origen grecolatino, cuya vivencia de la religión cristiana queda refrendada por la vida de sus hijos, cuatro de los cuales – lsidoro, Fulgencio, Florentina y Leandro merecieron el honor de los santos. Leandro se consagró pronto a Dios en la vida monástica atendiendo, por una especie de vocación personal, a la formación de los jóvenes. . Nombrado obispo de Sevilla, no descuidó esta tarea, creando una escuela en la que se formaría el futuro San Hermenegildo y su hermano Recaredo, factores de la conversión del pueblo visigodo español. Desterrado por el padre de ambos, el rey Leovigildo, marchó Leandro a Constantinopla, donde trabó sólida amistad con el que, andando el tiempo, sería el papa Gregorio Magno. Al comenzar el reinado de Recaredo, pudo retornar Leandro a su sede arzobispal, presidiendo poco más tarde el histórico Concilio III de Toledo (589) y asistiendo a la abjuración de la herejía arriana del propio monarca. A esta regia conversión siguió la masiva del pueblo, así como la orientación cristiana de las leyes, obras que pertenecen en gran parte a la siembra efectuada por este gran pastor. Consagró este el resto de sus días a consolidar el edificio que tan buenos cimientos había recibido, con la presencia de su propia vida y con la luz de sus escritos que tendían por encima de todo al robustecimiento; de la fe ante cualquier error. Aquejado por la gota, murió hacia el año 600, probablemente el mismo año en qué, lo hiciera el propio rey Recaredo