Liturgia y santoral 14/11/18 MIÉRCOLES
FERIA
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito (3,1-7):
Recuérdales que se sometan al gobierno y a las autoridades, que los obedezcan, que estén dispuestos a toda forma de obra buena, sin insultar ni buscar riñas; sean condescendientes y amables con todo el mundo. Porque antes también nosotros, con nuestra insensatez y obstinación, íbamos fuera de camino; éramos esclavos de pasiones y placeres de todo género, nos pasábamos la vida fastidiando y comidos de envidia, éramos insoportables y nos odiábamos unos a otros. Mas cuando ha aparecido la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor al hombre, no por las obras de justicia que hayamos hecho nosotros, sino que según su propia misericordia nos ha salvado, con el baño del segundo nacimiento y con la renovación por el Espíritu Santo; Dios lo derramó copiosamente sobre nosotros por medio de Jesucristo, nuestro Salvador. Así, justificados por su gracia, somos, en esperanza, herederos de la vida eterna.
Salmo
Sal 22,1-3a.3b-4.5.6
R/. El Señor es mi pastor, nada me falta
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R/.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,11-19):
Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.»
Al verlos, les dijo: «ld a presentaros a los sacerdotes.»
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?»
Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»
SANTORAL:
• San Adeltrudis, San Andrónico, San Antigio, San Dubricio de Bardsey, San Esteban Teodoro Cuénot, San Hipacio de Gangres, San Jocundo, San José Pignatelli, San Juan de Traú, San Lorenzo O´Toole, San Nicolás Tavelic, San Rufo de Aviñón, San Serapio, San Siardo de Mariëngaarde, San Teodoto de Heraclea, Santa Trahamunda de Pontevedra, San Venerando de Troyes.
• Beato Juan de Licio, Beato Juan de Tufaria, Beata María Luisa Merkert.
José Pignatelli (Zaragoza, España, 27 de diciembre de 1737 – † Roma, Italia, 15 de noviembre de 1811) fue un jesuita español de familia italiana que contribuyó a la restauración de la Compañía de Jesús. Es considerado santo por la Iglesia católica.1
Era hijo de Antonio Pignatelli de Aragón, príncipe del Sacro Imperio Romano Germánico y Francisca Moncayo y Fernández de Heredia, siendo el séptimo de sus ocho hijos. Estudió Humanidades en el colegio jesuita de Zaragoza.
Ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús en Tarragona en 1753. En 1771, ya expulsados los jesuitas de España, profesó definitivamente. En 1803 fue nombrado provincial de los jesuitas en Italia. Fue una pieza clave para la restauración de la orden jesuita pero no pudo verlo, ya que falleció en 1811 y la Orden fue formalmente restaurada en 1815. Sus restos reposan en Roma en la Iglesia del Gesù.
Fue beatificado por Pío XI el 21 de mayo de 1933 y canonizado por Pío XII el 12 de junio de 1954.