Liturgia y santoral 16/8/16 ML: SAN ESTEBAN

Memoria libre: SAN ESTEBAN DE HUNGRÍA
Ezequiel 28, 1-10
Eres hombre y no dios; te creías listo como los dioses
Me vino esta palabra del Señor: “Hijo de Adán, di al príncipe de Tiro:
“Así dice el Señor: Se hinchó tu corazón, y dijiste: ‘Soy Dios, entronizado en solio de dioses en el corazón del mar’, tú que eres hombre y no dios; te creías listo como los dioses.
¡Si eres más sabio que Daniel!; ningún enigma se te resiste. Con tu talento, con tu habilidad, te hiciste una fortuna; acumulaste oro y plata en tus tesoros. Con agudo talento de mercader ibas acrecentando tu fortuna, y tu fortuna te llenó de presunción.
Por eso, así dice el Señor: Por haberte creído sabio como los dioses, por eso traigo contra ti bárbaros pueblos feroces; desenvainarán la espada contra tu belleza y tu sabiduría, profanando tu esplendor.
Te hundirán en la fosa, morirás con muerte ignominiosa en el corazón del mar.
Tú, que eres hombre y no dios, ¿osarás decir: ‘Soy Dios’, delante de tus asesinos, en poder de los que te apuñalen? Morirás con muerte de incircunciso, a manos de bárbaros. Yo lo he dicho.”” Oráculo del Señor.
Interleccional: Deuteronomio 32
Yo doy la muerte y la vida.
Yo pensaba: “Voy a dispersarlos / y a borrar su memoria entre los hombres.” / Pero no; que temo la jactancia del enemigo / y la mala interpretación del adversario. R.
Que diría: “Nuestra mano ha vencido, / no es el Señor quien lo ha hecho.” / Porque son una nación que ha perdido el juicio. R.
¿Cómo es que uno persigue a mil, / y dos ponen en fuga a diez mil? / ¿No es porque su Roca los ha vendido, / porque el Señor los ha entregado? R.
El día de su perdición se acerca, / y su suerte se apresura. / Porque el Señor defenderá a su pueblo / y tendrá compasión de sus siervos. R.
Mateo 19, 23-30
Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Creedme; difícilmente entrará un rico en el Reino de los cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de los cielos”. Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: “Entonces, ¿quién puede salvarse?” Jesús se les quedó mirando y les dijo: “Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo”. Entonces le dijo Pedro: “Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?” Jesús les dijo: “Creedme, cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre y madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos serán primeros”.

SANTORAL:
Santos: Esteban rey de Hungría, Ambrosio, Aredio, Armagilo, Arsacio, Balsemio, Basilia, Cisio, Demetriano, Diomedes, Roque, mártires; Cosme, Teodoro, Radulfo (Raul, Rodolfo), Eleuterio, Simpliciano, obispos; Tito, confesor; Queremón, eremita.

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SAN ESTEBAN DE HUNGRIA SIGLO X
Esteban, nacido hacia el 970 ó 975, fue bautizado en torno al 985 por el futuro mártir San Adalberto de Praga. Al suceder el año 997 a su padre el duque de Geza, comenzó un reinado que había de durar cuarenta y dos años. Tres años después de su llegada al gobierno, el papa Silvestre II le otorgó la corona real, y Esteban fue coronado como «rey apostólico de Hungría» el día de Navidad del año 1000. «Pequeño de estatura, poseía, sin embargo, un alma grande», notó su biógrafo. Esteban dio muestras de ser un político inteligente, jefe enérgico, un soldado entusiasta y perspicaz y un soberano de una categoría muy superior a la del emperador San Enrique, con cuya a hermana Gisela se había desposado. Pero, al mismo tiempo que cimentaba el Estado con mano firme, trabajó con toda su fe de cristiano por organizar la Iglesia dentro de su reino, creando diócesis, edificando santuarios que siguen siendo los más apreciados por el pueblo húngaro: Eztergon, sede del arzobispo primado y Szekesfehérvar, donde sería enterrado «el día de la Gran Señora», como se denomina a la Asunción en Hungría (1038). En esta labor de implantación de la Iglesia, Esteban supo rodearse de valiosos colaboradores, en especial los monjes de Cluny, que habían captado inmediatamente la importancia de su plan.
Para su hijo había escrito: “La practica de la oración es la garantía de la salud del reino. No te olvides nunca de repetir: envía, Señor, tu sabiduría para que viva conmigo, y trabaje conmigo y sepa en todo tiempo lo que es grato delante de Ti. Las obras de la piedad serán la base de tu felicidad. Sé paciente. Sé fuerte. Sé humilde. Sé dulce. Sé casto. Estas son las piedras preciosas de una corona real. Sin ellas, perderás el reino de la tierra y no conseguirás tampoco aquél que no se acaba.