Liturgia y santoral 17/1/15 MO: SAN ANTONIO ABAD

MEMORIA OBLIGATORIA: SAN ANTONIO ABAD
Hebreos 4,12-16
Acerquémonos con seguridad al trono de la gracia

Hermanos: La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga los deseos e intenciones del corazón. No hay criatura que escape a su mirada. Todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas. Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

Salmo responsorial: 18
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

La ley del Señor es perfecta / y es descanso del alma; / el precepto del Señor es fiel / e instruye al ignorante. R.
Los mandatos del Señor son rectos / y alegran el corazón; / la norma del Señor es límpida / y da luz a los ojos. R.
La voluntad del Señor es pura / y eternamente estable; / los mandamientos del Señor son verdaderos / y enteramente justos. R.
Que te agraden las palabras de mi boca, / y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón, / Señor, roca mía, redentor mío. R.

Marcos 2,13-17
No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores

En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él, y les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: “Sígueme.” Se levantó y lo siguió. Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían un grupo de publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos. Algunos escribas fariseos, al ver que comía con publicanos y pecadores, les dijeron a los discípulos: “¡De modo que come con publicanos y pecadores!” Jesús lo oyó y les dijo: “No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.”

SANTORAL:
Santos: Antonio, abad; Julián Sabas, Rosalina, confesores; Espeusipi, Eleusipo y Meleusipo hermanos y Leonila, mártires; Antonio, Mérulo y Juan, confesores; Sulpicio, obispo.

Imagen
San Antonio, Abad († 356)
Este ilustre pionero del monaquismo nació en Egipto hacia el año 250.
Al morir sus padres, distribuyó sus bienes entre los padres y se retiró al desierto, donde comenzó a llevar una vida de austeridad y penitencia.
Reunió en torno a él muchos discípulos, supo confortar a muchos confesores de la fe durante la persecución de Diocleciano y apoyó firmemente a San Atanasio en sus luchas contra los arrianos.
Murió el año 356