Liturgia y santoral 20/5/14 ML: S. BERNARDINO SIENA

M. libre: SAN BERNARDINO DE SIENA, presbítero
– Hch 14, 19-28. Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio de ellos.
– Sal 144. R. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.
– Jn 14, 27-31a. Mi paz os doy
27 Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde.
28 Habéis oído que os he dicho: “Me voy y volveré a vosotros.” Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo.
29 Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.
30 Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder;
31 pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado. Levantaos. Vámonos de aquí.»

SANTORAL:
Santos: Bernardino de Siena, confesor; Basilisa, virgen y mártir; Teodoro, Anastasio, Hilario, Colmán, Peregrino, Austregisilo, Lucífero de Cagliari, obispos; Amalberto, confesor; Basila, Sofía, Plautila, Saturnina, vírgenes; Baudelio, Aquila, Alejandro, Asterio, Taleleo, Áurea, Timoteo, Polio, Eutiquio, mártires; Etelberto, rey

Imagen
San Bernardino de Siena, también llamado Bernardine, nació el 8 de septiembre de 1380 y murió el 20 de mayo de 1444. Fue un predicador italiano, un misionero franciscano y un Santo cristiano.
Juventud
Bernardino Albizzeschi nació en 1380 como hijo de la familia noble de Albizeschi en Massa Marittima (Toscana). Su padre fue el gobernador de esta ciudad sienesa. Cuando cumplió 6 años de edad, murieron sus padres, y creció desde entonces en la casa de una tía. Después de su educación básica, trabajó unos años cuidando a los enfermos en un hospital. En Siena estudió después Derecho civil y canónico. Durante este tiempo, con la aparición de la peste hacía 1400, trabajó en el hospital de Santa María della Scala, y animó a otros hombres de hacer lo mismo. Se enfermó de esta epidemia, pero sobrevivió.
Comienzos en la orden franciscana
En el año 1402 o 1404, entró en la Orden Franciscana de la observancia. Donó todos sus bienes a los pobres. Al alrededor de 1406 San Vicente Ferrer durante su sermón en Alessandria en el Piamonte, eligió a Bernardino para cumplir la Evangelización de Italia. Bernardino tardó apenas doce años. Durante estos años, Bernardino vivió probablemente retirado en el convento en la montaña de Capriola, cerca de Siena.
Se dice, que “curó” una prostituta sienesa “expulsando el demonio” de su cuerpo. Predicó en Milán en 1417 o 1418. Después predicó el evangelio en ciudades vecinas durante los próximos cuatro años.
Estaciones en su vida: Predicador, vicario, diplomático
Durante más que 30 años, Bernardino predicó en Italia. Tenía un papel importante en el renacimiento de la religiosidad al comienzo del siglo XV. Tenía mucho público durante sus sermones. Reconcilió querellas, y realizó milagros. En 1425, predicó todos los días durante siete semanas en Siena.
En el año 1427 fue llevado a juicio en Roma defendiéndose de la acusación de herejía; atendieron teológos como por ejemplo Paulus Venetus. Bernardino fue declarado inocente. El papa Martín V le invitó a Roma para predicar. En el mismo año, le ofrecieron el puesto de obispo de Siena, pero lo rechazó para poder seguir con sus actividades monacales y la evangelización. En 1431, viajó por la Toscana, la Lombardía, Romaña y Ancona. Volvió a Siena para prevenir una guerra contra Florencia. Rechazó en 1431, el puesto de obispo en Ferrara, y en 1435 el de Urbino.
Durante estos años, Juan Capistrano fue su amigo, y Jaime de Las Marcas fue su discípulo. Los papas Martín V y Eugenio IV le ayudaron. El Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Segismundo buscaba el consejo de Bernardino, que le acompañó a su coronación a Roma en 1433.
Bernardino volvió a Capriola para elaborar una serie de sermones. En 1436 empezó de nuevo con su labor misionero, pero ya en 1437 tenía que abandonarlo porque fue eligido vicario general de los franciscanos observantes de Italia y poco después, en 1438, representó toda la orden en Italia.
En 1442, Bernardino pidió al papa su dimisión como vicario general para que se puede dedicar de nuevo a la predicación y reasumir sus trabajos del misionario. A pesar de la bula publicada por Eugenio IV en 1443, en lo cual el papa encargó a Bernardino que apoyará la cruzada contra los turcos, no hay pruebas de su vida predicadora en esta época. En 1444, a pesar de su enfermedad, Bernardino viajó al Reino de Nápoles, cumpliendo con su deseo de haber predicado en todas partes de Italia antes de morir.
Muerte
Bernardino murió en el año 1444 en Aquila en Abruzzo. Su sepulcro continuó sangrando hasta que dos facciones de la ciudad fueron reconciliados