Liturgia y santoral 20/3/13 MIÉRCOLES

FERIA
– Dan 3, 14-20. 91-92. 95. Envió un ángel a salvar a sus siervos.
– Sal: Dn 3, 52-56. R. A ti, gloria y alabanza por los siglos.
– Jn 8, 31-42. Si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: “Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Le replicaron: “Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: “Seréis libres”?” Jesús les contestó: “Os aseguro que quien comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque no dais cabida a mis palabras. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre.”
Ellos replicaron: “Nuestro padre es Abrahán.” Jesús les dijo: “Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre.” Le replicaron: “Nosotros no somos hijos de prostitutas; tenemos un solo padre: Dios.” Jesús les contestó: “Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió.”

SANTORAL:
Santos: Nicetas, Guillermo, Leoncio, Wulfrano, Gutberto, Remigio, obispos; Martín de Dumio, abad: Pablo, Cirilo, Eugenio, José, Alejandra (Sandra), Víctor, Anatolio, Sebastián, Focio, Claudia, Eufrasia, Eufemia, Matrona, Ciriaca, mártires; Arquipo, compañero de San Pablo; Fotina, la Samaritana; Ambrosio, confesor; Heriberto, presbítero y eremita; María Josefa del Corazón de Jesús Sancho de Guerra, fundadora de las Siervas de Jesús de la Caridad.

Imagen
San Martín de Dumio, arzobispo de Braga y apóstol de los suevos, (c518 † 580). San Martín Dumiense nació, como San Martín de Tours, en Panonia, en la actual Hungría. Fue un gran caminante. Visitó Tierra Santa y trató con los ermitaños de Oriente. Luego Roma, y en Francia, Arlés y Tours. En Tours se encuentra con los emisarios del rey de los suevos que gobernaban en el noroeste de España. Le hablan de sus gentes que han pasado del paganismo a la fe cristiana. Martín se entera de que lo que allí impera es el arrianismo. Sus ansias viajeras y apostólicas es encienden y ya vislumbra su corazón un campo preparado para su celo apostólico. Su campo de apostolado será el reino suevo, establecido siglo y medio antes en la Galicia hispano-portuguesa. Poco después Martín desembarcaba en Galicia por la desembocadura del Miño. Se instaló en Braga, corte de los reyes suevos. Pronto tuvo discípulos deseosos de imitar su vida de soledad y penitencia. Les organizó, les instruyó en lenguas clásicas y en teología, y así nació la abadía de San Martín de Dumio (550), centro de influencia religiosa y fuente de cultura. Nombrado Obispo de Braga (570) y Metropolitano de Galicia, desplegó una intensa actividad. Reúne concilios, como el Lucense y Bracarense, purifica la doctrina de los errores arrianos, promueve la buena formación del clero para renovar la vida del pueblo. Tal era su fama que Gregorio de Tours, su contemporáneo, se siente incapaz de contar sus virtudes y maravillas. Muere el 20 de marzo del año 580. Su monasterio de Dumio, junto a la ciudad de Braga, se alza pronto como gran luminaria auroral de la España sueva y visigótica.