Liturgia y santoral 22/11/14 MO: Sta. CECILIA

Memoria obligatoria: SANTA CECILIA, virgen y mártir
– Ap 11, 4-12. Estos dos profetas eran un tormento para los habitantes de
la tierra.
– Sal 143. R. Bendito el Señor, mi Roca.
– Lc 20, 27-40. No es Dios de muertos, sino de vivos.
27 Acercándose algunos de los saduceos, esos que sostienen que no hay resurrección, le preguntaron:
28 «Maestro, Moisés nos dejó escrito que si muere el hermano de alguno, que estaba casado y no tenía hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su hermano.
29 Eran siete hermanos; habiendo tomado mujer el primero, murió sin hijos;
30 y la tomó el segundo,
31 luego el tercero; del mismo modo los siete murieron también sin dejar hijos.
32 Finalmente, también murió la mujer.
33 Esta, pues, ¿de cuál de ellos será mujer en la resurrección? Porque los siete la tuvieron por mujer.»
34 Jesús les dijo: «Los hijos de este mundo toman mujer o marido;
35 pero los que alcancen a ser dignos de tener parte en aquel mundo y en la resurrección de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido,
36 ni pueden ya morir, porque son como ángeles, y son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección.
37 Y que los muertos resucitan lo ha indicado también Moisés en lo de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.
38 No es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos viven.»
39 Algunos de los escribas le dijeron: «Maestro, has hablado bien.»
40 Pues ya no se atrevían a preguntarle nada.

SANTORAL:
Cecilia, Filemón, Apia, Ananías, Mauro, Marcos y Esteban, mártires; Pragmacio, obispo; Columbano, Teodoro Studita, abades; Tigridia, abadesa.

Imagen
SANTA CECILIA S. V
Siendo así que los documentos del siglo IV dan testimonio del culto de Inés y de otros muchos mártires romanos, ignoran el nombre de Cecilia. Hay que esperar hasta finales del siglo V para ver cómo la «Pasión de los mártires Cecilia, Valeriano y Tiburcio” asocia el recuerdo de Cecilia a la basílica del Transtevere que lleva su nombre y al cementerio de Calixto, en el que fue depositado su cuerpo junto a la cripta de los papas. Se pueden mantener esas dos referencias topográficas: Cecilia era una cristiana de la familia de los Caecilii, propietaria del terreno de la vía Appia en el que Calixto había aderezado el cementerio de la Iglesia romana, en torno al año 210; puso su casa del Transtevere a disposición de la comunidad cristiana. No se puede asegurar nada más, ya que la narración del martirio de Cecilia no es sino la transposición romana de un episodio de la persecución de los vándalos en África (hacia el 488). Sea como fuere la manera en que Cecilia realizó su vocación bautismal, no resulta fácil quedar insensible ante la irradiación ejercida por dicho relato de su martirio. La Edad Media vio en esta joven esposa, que, la misma noche de su boda, confiaba a su esposo el compromiso que había contraído de permanecer virgen por Cristo, la figura de la mujer que asume la virginidad por amor del Señor como señal del mundo futuro. Y como, según dicha Pasión, Cecilia “cantaba en su corazón mientras resonaban los instrumentos musicales de sus nupcias”, no han faltado cantores y músicos que se hayan puesto bajo su patrocinio (siglo XV)