Liturgia y santoral 29/5/17 LUNES

FERIA
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (19,1-8):

Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó la meseta y llegó a Éfeso. Allí encontró unos discípulos y les preguntó: «¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?»
Contestaron: «Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo.»
Pablo les volvió a preguntar: «Entonces, ¿qué bautismo habéis recibido?»
Respondieron: «El bautismo de Juan.»
Pablo les dijo: «El bautismo de Juan era signo de conversión, y él decía al pueblo que creyesen en el que iba a venir después, es decir, en Jesús.»
Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús; cuando Pablo les impuso las manos, bajó sobre ellos el Espíritu Santo, y se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres. Pablo fue a la sinagoga y durante tres meses habló en público del reino de Dios, tratando de persuadirlos.

Salmo
Sal 67,2-3.4-5ac.6-7ab

R/. Reyes de la tierra, cantad a Dios

Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos,
huyen de su presencia los que lo odian;
como el humo se disipa, se disipan ellos;
como se derrite la cera ante el fuego,
así perecen los impíos ante Dios. R/.

En cambio, los justos se alegran,
gozan en la presencia de Dios,
rebosando de alegría. Cantad a Dios,
tocad en su honor, su nombre es el Señor. R/.

Padre de huérfanos, protector de viudas,
Dios vive en su santa morada.
Dios prepara casa a los desvalidos,
libera a los cautivos y los enriquece. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (16,29-33):

En aquel tiempo, dijeron los discípulos a Jesús: «Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios.»
Les contestó Jesús: «¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo.»

SANTORAL:
• Santa Bona, San Exuperancio de Rávena, San Gerardo de Macon, San Hesiquio Palatino, San Maximino de Tréveris, San Senador de Milán, Santa Úrsula Ledóchowska.
• Beata Elías de San Clemente, Beata Gerardesca de Pisa, Beato Guillermo Arnaud, Beato José Gerard, Beato Ricardo Thirkeld.

Imagen
Bona de Pisa (c. 1156–1207) fue una monja que ayudó a los viajeros peregrinos. Es considerada santa por la Iglesia Católica. En 1962, Bona de Pisa fue canonizada por el Papa Juan XXIII como patrona de las azafatas.1
Nacida en Pisa, tuvo visiones desde muy pequeña. En una ocasión, vio la figura con un crucifijo en su mano en la Iglesia del Santo Sepulcro. En otra iglesia, tuvo una visión de Jesús, María, y tres santos, entre ellos Santiago. Estaba asustada de estas figuras y escapó. El apóstol Santiago la persiguió y, por ello, le ofreció devoción para toda la vida. A los diez años, se hizo religiosa agustina. Empezó una época de ayuno, comiendo pan y agua tres veces a la semana. Cuatro años después, realizó el primero de sus muchos viajes, para ver a su padre que estaba luchando con los Cruzados cerca de Jerusalén. En el viaje de vuelta a casa, fue capturada por los piratas Muslim en el Mediterráneo.
Fue rescatada posteriomente por sus conciudadanos, y completó el camino a casa. Poco tiempo después, hizo otro viaje peregrino, uno de ellos a Santiago de Compostela, donde están los restos de Santiago el Apóstol. Después de esto, estableció una de las rutas del Camino. Completó el camino con éxito nueve veces. A pesar de estar enferma en ese tiempo, completó el décimo viaje y volvió a Pisa. En su alcoba de Pisa, murió y sus restos fueron llevados a la iglesia de San Martino en Pisa, donde se le venera.