Liturgia y santoral 3/11/14 ML: S. MARTÍN PORRES

Memoria libre: SAN MARTÍN DE PORRES, religioso
– Flp 2, 1-4. Dadme esta gran alegría: manteneos unánimes.
– Sal 130. R. Guarda mi alma en la paz junto a ti, Señor.
– Lc 14, 12-14. No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados
12 Dijo también al que le había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su vez, y tengas ya tu recompensa.
13 Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos;
14 y serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos.»

SANTORAL:
Malaquías, Cuarto, Domno, Floro, Firmino, Armengol, Gaudioso, obispos; innumerables mártires de Zaragoza; Germán, Teófilo, Cesario, Vidal, Valentín, Hilario, Venefrida, Pópulo, Pedro Almató, Mártir; Romualdo y Emerico, confesores; Silvia; Gueno, abad; Beato Ruperto Mayer, presbítero; Beato Pío de san Luis, religioso.

Imagen
SAN MARTÍN DE PORRES 1579-1639
San Martín de Porres es muy popular en toda América. No sólo ejerce el atractivo que han ejercido siempre los sencillos cuando el Señor ha querido glorificarlos, sino que su misma persona constituye todo un símbolo. Nacido en Lima (Perú) como hijo natural de un caballero español y de una mulata en 1579, representa entre los santos a los «coloured men» del Nuevo Mundo, a ese pueblo de gentes de color que se ven dolorosamente humillados por su condición de negros. Era Martín enfermero cuando entró como terciario laico en el convento de Dominicos de Lima, en el que fue recibido a la profesión (1603). .siguió ejerciendo su profesión dentro del convento para con sus hermanos. El cuidado que ponía por los enfermos se extendía aun a los animales: perros, gatos, pavos, y aun ratones, eran objeto de su solicitud. A Martín le agradaba el ayuno y la oración: sobre todo el orar de noche, a ejemplo de Jesús. En la oración obtenía grandes luces que hacían maravillosas sus lecciones de catecismo. Su vida entera, oculta y radiante a un mismo tiempo se desarrolló dentro de un mundo lleno de ángeles y demonios en el que Martín conservó siempre una perfecta serenidad. Murió en 1639