Liturgia y santoral 3/4/19 MIÉRCOLES

FERIA
Isaías 49,8-15
Te he constituido alianza del pueblo, para restaurar el país
Así dice el Señor: “En tiempo de gracia te he respondido, en día propicio te he auxiliado; te he defendido y constituido alianza del pueblo, para restaurar el país, para repartir heredades desoladas, para decir a los cautivos: “Salid”, a los que están en tinieblas: “Venid a la luz.” Aun por los caminos pastarán, tendrán praderas en todas las dunas; no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el bochorno ni el sol; porque los conduce el compasivo y los guía a manantiales de agua. Convertiré mis montes en caminos, y mis senderos se nivelarán. Miradlos venir de lejos; miradlos, del norte y del poniente, y los otros del país de Sin.
Exulta, cielo; alégrate, tierra; romped a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y se compadece de los desamparados. Sión decía: “Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado.” ¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré.”

Salmo responsorial: 144
El Señor es clemente y misericordioso.
El Señor es clemente y misericordioso, / lento a la cólera y rico en piedad; / el Señor es bueno con todos, / es cariñoso con todas sus criaturas. R.
El Señor es fiel a sus palabras, / bondadoso en todas sus acciones. / El Señor sostiene a los que van a caer, / endereza a los que ya se doblan. R.
El Señor es justo en todos sus caminos, / es bondadoso en todas sus acciones; / cerca está el Señor de los que lo invocan, / de los que lo invocan sinceramente. R.

Juan 5,17-30
Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: “Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo.” Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no sólo abolía el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios. Jesús tomó la palabra y les dijo: “Os lo aseguro: El Hijo no puede hacer por su cuenta nada que no vea hacer al Padre. Lo que hace éste, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que ésta, para vuestro asombro.
Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo el juicio de todos, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió. Os lo aseguro: Quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no se le llamará a juicio, porque ha pasado ya de la muerte a la vida. Os aseguro que llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán. Porque, igual que el Padre dispone de la vida, así ha dado también al Hijo el disponer de la vida. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre. No os sorprenda, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio. Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

SANTORAL:
• San Cresto de Tomis, San José Himnógrafo, San Juan de Nápoles, San Luis Scrosoppi, San Nicetas de Medicio, San Papo de Tomis, San Ricardo de Chichester, San Sixto I, San Ulpiano de Tiro.
• Beato Ezequiel Huerta Gutiérrez, Beato Gandulfo de Binasco Sacchi, Beato Juan de Penna de San Giovanni, Beato Juan de Pina, Beato Pedro Eduardo Dankowski, Beato Roberto Middleton, Beato Salvador Huerta Gutiérrez, Beato Turstano Hunt, Beata María Teresa Casini.

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Sixto I (Roma, ¿? – ha. 125) fue el séptimo Papa de la Iglesia católica entre 115 (¿?) y 125 (¿?).
Al igual que con su antecesor, las fechas exactas de su pontificado son objeto de polémica entre los historiadores, ya que, mientras el Anuario Pontificio lo establece entre los años 115 y 125, el Catálogo Liberiano afirma que fue cabeza de la Iglesia durante el reinado de Adriano entre 117 y 126. Por su parte, Eusebio de Cesarea establece en dos de sus obras dos periodos de pontificado distintos: en su Chronicom lo sitúa entre 114 y 124, y en su Historia Ecclesiastica lo fija entre 114 y 128.
Su nombre, probablemente griego, puede hacer referencia a que fue el sexto sucesor de San Pedro y en los primeros documentos de la Iglesia figura con la grafía Xystus utilizada también para Sixto II y Sixto III.
Al igual que sus predecesores San Pedro, San Lino, San Anacleto y San Clemente, su nombre figura en el Canon Romano de la Misa (conocido también como Plegaria Eucarística I).
Según el Liber Pontificalis durante su pontificado estableció tres disposiciones:
• Que el cáliz sólo debía ser tocado por los sacerdotes y que el paño que lo cubre fuese de lino.
• Que antes de celebrar la misa se entonase el Trisagio o Sanctus, un himno en honor a la Trinidad y en el que se repite tres veces la palabra Santo refiriéndose al Señor.
• Que los obispos que convocados a la Santa Sede, no fueran recibidos por su diócesis hasta que presentasen las Cartas Apostólicas que confirmasen su plena comunión con el Papa.
Según la tradición sufrió martirio, figurando en todos los martirologios antiguos como mártir, pero sin dar detalles del tipo de martirio que sufrió. Sus restos se inhumaron en el Vaticano, junto a la tumba de Pedro, aunque la tradición afirma que fueron trasladados a Alatri en 1132 donde permanecieron hasta 1584 en que fueron restituidos a la Basílica de San Pedro.