Liturgia y santoral 30/7/16 ML: Bto. Benito José Labre
Memoria libre: Beato Benito José Labre (Arsenio) Mañoso González, religioso
Jeremías 26, 11-16. 24
Ciertamente me ha enviado el Señor a vosotros, a predicar estas palabras
En aquellos días, los sacerdotes y los profetas dijeron a los príncipes y al pueblo: “Este hombre es reo de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como lo habéis oído con vuestros oídos.”
Jeremías respondió a los príncipes y al pueblo: El Señor me envió a profetizar contra este templo y esta ciudad las palabras que habéis oído.
Pero, ahora, enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, escuchad la voz del Señor, vuestro Dios; y el Señor se arrepentirá de la amenaza que pronunció contra vosotros.
Yo, por mi parte, estoy en vuestras manos: haced de mí lo que meJor os parezca. Pero, sabedlo bien: si vosotros me matáis, echáis sangre inocente sobre vosotros, sobre esta ciudad y sus habitantes. Porque ciertamente me ha enviado el Señor a vosotros, a predicar a vuestros oídos estas palabras.”
Los príncipes del pueblo dijeron a los sacerdotes y profetas: Este hombre no es reo de muerte, porque nos ha hablado en nombre del Señor, nuestro Dios.” Entonces Ajicán, hijo de Safán, se hizo cargo de Jeremías, para que no lo entregaran al pueblo para matarlo.
Salmo responsorial: 68
Escúchame, Señor, el día de tu favor
Arráncame del cieno, que no me hunda; / líbrame de los que me aborrecen, / y de las aguas sin fondo. / Que no me arrastre la corriente, / que no me trague el torbellino, / que no se cierre la poza sobre mí. R.
Yo soy un pobre malherido; / Dios mío, tu salvación me levante. / Alabaré el nombre de Dios con cantos, / proclamaré su grandeza con acción de gracias. R.
Miradlo, los humildes, y alegraos, / buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón. / Que el Señor escucha a sus pobres, / no desprecia a sus cautivos. R.
Mateo 14, 1-12
Herodes mandó decapitar a Juan, y sus discípulos fueron a contárselo a Jesús
En aquel tiempo oyó el virrey Herodes lo que se contaba de Jesús, y dijo a sus ayudantes: “Ese es Juan Bautista que ha resucitado de entre los muertos, y por eso los Poderes actúan en él”. Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado por motivo de Herodías, mujer de su hermano Felipe, porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta.
El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. Ella, instigada por su madre, le dijo: “Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista”. El rey lo sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre.
Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron y fueron a contárselo a Jesús.
SANTORAL:
Santos: Pedro Crisologo, obispo y doctor de la Iglesia; Abdón y Senén, Rufino, Gerardo, Germán, Julita, Máxima, Donatila, Segunda, Septimia, Augusta, mártires; Leopoldo de Castellnuovo, Terencio, confesores; Silvano, eremita; Imeterio, monje; María de Jesús Sacramentado Venegas de la Torre, virgen.
En España, beatos mártires Braulio María (Pablo) Corres Díaz de Cerio y Federico (Carlos) Rubio Álvarez, presbíteros, y sesenta y nueve compañeros, miembros todos de la Orden de San Juan de Dios, que, hechos prisioneros durante la persecución socialista y comunista desencadenada contra los religiosos, perdonaron a sus enemigos y merecieron la felicísima corona del martirio (1936).
El grupo fue beatificado en la plaza de San Pedro el 25 de octubre de 1992 por S.S. Juan Pablo II.
Todo este grupo de 71 mártiresfueron asesinados vilmente y recibieron la palma del martirio en fechas comprendidas entre el 25 de julio y el 14 de diciembre de 1936, durante los primeros meses de la guerra civil española. Los eventos tuvieron lugar en varias poblaciones de Cataluña, Valencia, Madrid y Toledo, con la aquiescencia de las autoridades republicanas.
Todos eran parte de distintas colectividades hospitalarias de Cataluña y de la zona central de España, compartiendo la vida comunitaria y el cuidado a los enfermos.