Liturgia y santoral 4/6/19 MARTES

ERIA
Hechos 20,28-38
Os dejo en manos de Dios, que tiene poder para construiros y daros parte en la herencia
En aquellos días, decía Pablo a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso: “Tened cuidado de vosotros y del rebaño que el Espíritu Santo os ha encargado guardar, como pastores de la Iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre. Ya sé que, cuando os deje, se meterán entre vosotros lobos feroces, que no tendrán piedad del rebaño. Incluso algunos de vosotros deformarán la doctrina y arrastrarán a los discípulos. Por eso, estad alerta: acordaos que durante tres años, de día y de noche, no he cesado de aconsejar con lágrimas en los ojos a cada uno en particular. Ahora os dejo en manos de Dios y de su palabra de gracia, que tiene poder para construiros y daros parte en la herencia de los santos. A nadie le he pedido dinero, oro ni ropa. Bien sabéis que estas manos han ganado lo necesario para mí y mis compañeros. Siempre os he enseñado que es nuestro deber trabajar para socorrer a los necesitados, acordándonos de las palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir.””
Cuando terminó de hablar, se pusieron todos de rodillas, y rezó. Se echaron a llorar y, abrazando a Pablo, lo besaban; lo que más pena les daba era lo que había dicho, que no volverían a verlo. Y lo acompañaron hasta el barco.

Salmo responsorial: 67
Reyes de la tierra, cantad a Dios.
Oh Dios, despliega tu poder, / tu poder, oh Dios, que actúa en favor nuestro. / A tu templo de Jerusalén / traigan los reyes su tributo. R.
Reyes de la tierra, cantad a Dios, / tocad para el Señor, / que avanza por los cielos, / los cielos antiquísimos, / que lanza su voz, su voz poderosa: / “Reconoced el poder de Dios.” R.
Sobre Israel resplandece su majestad, / y su poder, sobre las nubes. / ¡Dios sea bendito! R.

Juan 17,11b-19
Que sean uno, como nosotros
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: “Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura.
Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad.”

SANTORAL:
• San Francisco Caracciolo, San Gualtero de Servigliano, San Metrófano, Santa Noemí, San Optato, San Petroc de Cornualles, San Quirino de Sisak, Santa Ruth.
• Beato Felipe Smaldone, Beato Pacífico Ramati de Cerano.

Imagen
San Francisco Caracciolo (Santa María, Nápoles; 13 de octubre de 1563- 4 de junio de 1608), religioso italiano.
A los veinte años cayó enfermo y se cubrió de lepra. Los médicos le desahuciaron y los amigos lo abandonaron y entonces hizo voto de abrazar el estado religioso si algún día llegaba a curar de tan horrible enfermedad. El milagro se hizo y él cumplió su voto entrando en la Hermandad de Nuestra Señora del Socorro para ejercer la caridad con los enfermos, encarcelados y ajusticiados.
Más tarde fundó con Agustín Adorno y Fabricio Caracciolo la orden de Clérigos Regulares Menores de la que fue general y la extendió después por España.
Atacado de unas fuertes calenturas, murió el 4 de junio de 1608.
Fue beatificado por el papa Clemente XIV el 4 de junio de 1769 y canonizado por el papa Pío VII el 24 de mayo de 1807.