Liturgia y santoral 5/7/19 MO: S. Miguel de los Santos
MEMORIA OBLIGATORIA: San Miguel de los Santos, presbítero
Génesis 23,1-4.19;24,1-8.62-67
Isaac con el amor de Rebeca, que se consoló de la muerte de su madre
Sara vivió ciento veintisiete años, y murió en Villa Arbá (hoy Hebrón), en país cananeo. Abrahán fue a hacer duelo y a llorar a su mujer. Después dejó a su difunta y habló a los hititas: “Yo soy un forastero residente entre vosotros. Dadme un sepulcro en propiedad, en terreno vuestro, para enterrar a mi difunta.” Después Abrahán enterró a Sara, su mujer, en la cueva del campo de Macpela, frente a Mambré (hoy Hebrón), en país cananeo.
Abrahán era viejo, de edad avanzada, el Señor lo había bendecido en todo. Abrahán dijo al criado más viejo de su casa, que administraba todas las posesiones: “Pon tu mano bajo mi muslo, y júrame por el Señor, Dios del cielo y Dios de la tierra, que, cuando le busques mujer a mi hijo, no la escogerás entre los cananeos, en cuya tierra habito, sino que irás a mi tierra nativa, y allí buscarás mujer a mi hijo Isaac.” El criado contestó: “Y si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra, ¿tengo que llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?” Abrahán le replicó: “De ninguna manera lleves a mi hijo allá. El Señor, Dios del cielo, que me sacó de la casa paterna y del país nativo, que me juró: “A tu descendencia daré esta tierra”, enviará su ángel delante de ti, y traerás de allí mujer para mi hijo. Pero, si la mujer no quiere venir contigo, quedas libre del juramento. Sólo que a mi hijo no lo lleves allá.”
Mucho tiempo después, Isaac se había trasladado del “Pozo del que vive y ve” al territorio del Negueb. Una tarde, salió a pasear por el campo y, alzando la vista, vio acercarse unos camellos. También Rebeca alzó la vista y, al ver a Isaac, bajó del camello y dijo al criado: “¿Quién es aquel hombre que viene en dirección nuestra por el campo?” Respondió el criado: “Es mi amo”. Y ella tomó el velo y se cubrió. El criado le contó a Isaac todo lo que había hecho. Isaac la metió en la tienda de su madre Sara, la tomó por esposa y con su amor se consoló de la muerte de su madre.
Salmo responsorial: 105
Dad gracias al Señor porque es bueno.
Dad gracias al Señor porque es bueno, / porque es eterna su misericordia. / ¿Quién podrá contar las hazañas de Dios, / pregonar toda su alabanza? R.
Dichosos los que respetan el derecho / y practican siempre la justicia. / Acuérdate de mí por amor a tu pueblo. R.
Visítame con tu salvación: / para que vea la dicha de tus escogidos, / y me alegre con la alegría de tu pueblo, / y me gloríe con tu heredad. R.
Mateo 9,9-13
No tienen necesidad de médico los sanos; misericordia quiero y no sacrificios
En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: “Sígueme.” Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: “¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?” Jesús lo oyó y dijo: “No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa “misericordia quiero y no sacrificios”: que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.”
SANTORAL:
San Agatón de Sicilia, San Antonio María Zacarías, Santa Filomena, San Atanasio de Jerusalén, San Atanasio de Athos, Santa Ciprila de Cirene, San Domicio el Médico, San Esteban de Nicea, Santa Marta de Siria, San Numeriano, Santo Tomás de Terreto, Santa Trifina de Sicilia.
san Miguel de los Santos, presbítero de la Orden de la Santísima Trinidad
Nació un 29 de septiembre de 1591 en Vic (Barcelona, España), en el seno de una familia muy piadosa y siendo el séptimo de ocho hermanos.
Ingresa en el convento de los trinitarios calzados de Barcelona en 1603. En 1606 inicia el noviciado en San Lamberto (Zaragoza), profesando el 30 de septiembre de 1607.
Llevado por el espíritu de la reforma, se pasa a la descalcez. Toma el nuevo hábito en Oteiza, cerca de Pamplona. Realiza su segundo noviciado en Madrid y Alcalá de Henares, profesando en esta ciudad el 29 de enero de 1609.
Fue conventual en La Solana y Sevilla de 1609 a 1611. Estudió filosofía en Baeza desde 1611 a 1614, año que fue enviado a Salamanca a cursar la teología. Al cabo de un año regresó a Baeza, donde concluyó sus estudios teológicos. Desconocemos el lugar y fecha de su ordenación. Durante los siete años que reside en Baeza (1615-1622) ejerció de confesor, predicador y vicario. Finalmente es enviado a Valladolid en mayo de 1622, como ministro del convento, en donde fallece el 10 de abril de 1625, a los treinta y tres años de edad.
Vivió su ideal cristiano en la descalcez trinitaria, con sencillez y rigurosa observancia. Destacó por su profundidad mística, mostrada, sobre todo, en su devoción al sacramento de la Eucaristía y en sus frecuentes éxtasis. Se distinguió también por la continua mortificación de su cuerpo y por una intensa vida de apostolado. Se le atribuye un breve tratado místico sobre “la tranquilidad del alma”. La Orden Trinitaria lo reconoce como patrón de la juventud trinitaria. Fue beatificado el 2 de mayo de 1779 y canonizado el 8 de junio de 1862, fecha en que, la Orden de la Santísima Trinidad, celebra su fiesta.