Liturgia y santoral 6/6/13 ML: S. NORBERTO

Memoria libre: SAN NORBERTO, obispo
– Tob 6, 10-11; 7, 1. 9-17; 8, 4-9a. Ten misericordia de nosotros, y haz que lleguemos juntos a la vejez.
– Sal 127. R. Dichosos los que temen al Señor.
– Mc 12, 28b-34. No hay mandamiento mayor que éstos
En aquel tiempo se acercó a Jesús un letrado y le preguntó: ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos? Jesús le contestó: El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos. Le dijo el escriba: Muy bien, Maestro; tienes razón al decir que Él es único y que no hay otro fuera de Él, y amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Y Jesús, viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: No estás lejos del Reino de Dios. Y nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas.

SANTORAL:
Santos: Norberto, Claudio, Alejandro, Juan, Justo, Vicente, Agobardo, Eustorgio, obispos; Artemio, Cándida, Paulina, Bonifacio, Amancio, Lucio, Alejandro, mártires; Hilarión el Joven, confesor; Felipe, diácono; Marcelino Champagnat, fundador.

Imagen
SAN NORBERTO 1080-1134
San Norberto, nacido en Alemania, estaba emparentado con el emperador. Era culto y brillante. De joven fue dado a los deleites del mundo. Se afanaba por el buen vestir y por alagar a las damas con sus poesías.
Su conversión, ocurrió a raíz de una tormenta que le sorprendió cuando viajaba a Westfalia, poco antes de cumplir los treinta años. Cayó un rayo a los pies de su caballo y Norberto fue tirado al suelo. Quedó inconsciente por una hora y al despertar decidió dejar atrás la vanidad de su vida pasada. Se retiró a un monasterio para hacer penitencia y repartió todas sus riquezas entre los pobres.
Fue ordenado sacerdote y recibió del Papa la misión de ir a evangelizar. Recorrió para ello el norte de Francia descalzo y sin dinero. En muchas partes lo rechazaron y hasta en ocasiones tuvo que marcharse para evitar la violencia.
Asistió al concilio de Rheims y se le encomendó que fundara un monasterio, lo cual hizo en el Valle de Prémontré. Es por eso que los miembros de la orden que el fundó se llaman los premonstratienses. Tuvo éxito y la orden se extendió por toda Europa.
Tuvo que dejar el monacato al ser nombrado arzobispo de Magdeburgo. Como obispo supo gobernar sin ser ni blando ni transigente. Trataron de varias veces de matarlo. Murió sin embargo de muerte natural, en 1134