Liturgia y santoral 7/8/17 ML: SAN SIXTO II
M. libre: SAN SIXTO II, papa, y COMPAÑEROS, mártires
Primera lectura
Lectura del libro de los Números (11,4b-15):
En aquellos días, los israelitas dijeron: «¡Quién pudiera comer carne! Cómo nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, y de los pepinos y melones y puerros y cebollas y ajos. Pero ahora se nos quita el apetito de no ver más que maná.»
El maná se parecía a semilla de coriandro con color de bedelio; el pueblo se dispersaba a recogerlo, lo molían en el molino o lo machacaban en el almirez, lo cocían en la olla y hacían con ello hogazas que sabían a pan de aceite. Por la noche caía el rocío en el campamento y, encima de él, el maná.
Moisés oyó cómo el pueblo, familia por familia, lloraba, cada uno a la entrada de su tienda, provocando la ira del Señor; y disgustado, dijo al Señor: «¿Por qué tratas mal a tu siervo y no le concedes tu favor, sino que le haces cargar con todo este pueblo? ¿He concebido yo a todo este pueblo o lo he dado a luz, para que me digas: “Coge en brazos a este pueblo, como una nodriza a la criatura, y llévalo a la tierra que prometí a sus padres”? ¿De dónde sacaré pan para repartirlo a todo el pueblo? Vienen a mí llorando: “Danos de comer carne.” Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, pues supera mis fuerzas. Si me vas a tratar así, más vale que me hagas morir; concédeme este favor, y no tendré que pasar tales penas.»
Salmo
Sal 80,12-13.14-15.16-17
R/. Aclamad a Dios, nuestra fuerza
Mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos. R/.
¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!
En un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios. R/.
Los que aborrecen al Señor te adularían,
y su suerte quedaría fijada;
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (14,13-21):
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos.
Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.»
Jesús les replicó: «No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.»
Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.»
Les dijo: «Traédmelos.»
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
SANTORAL:
• Santa Afra de Augsburgo, San Alberto de Mesina, San Cayetano de Thiene, San Donaciano, San Donato de Arezzo, San Donato de Besançon, San Miguel de la Mora, San Sixto II, San Victricio, San Mamés.
• Beato Alberto de Sassoferrato, Beato Agatángel de Vendome, Beato Casiano de Nantes, Beato Edmundo Bojanowski, Beato Jordán Forzaté, Beato Nicolás Postgate, Beato Vicente de L’Aquila.
Sixto II (* Grecia, ¿? – † Roma, 6 de agosto de 258) fue el Papa nº 24 de la Iglesia católica de 257 a 258.
Elegido para suceder a Esteban I, fue el primer papa de la historia en llevar un nombre ya utilizado por un predecesor.
Tras la ruptura de la Iglesia romana con las Iglesias de África y Asia menor que se había producido durante el pontificado de Esteban I a raíz de la controversia sobre los lapsi y sobre la validez del bautismo administrado por estos, Sixto II logró poner fin a la disputa que enfrentaba a la cristiandad al renunciar a imponer la postura defendida por Roma.
Su pontificado se inició poco después de que el emperador Valeriano hubiera proclamado un edicto de persecución contra los cristianos en el que prohibía el culto cristiano y las reuniones en los cementerios y, según el martirologio romano, Sixto fue detenido mientras estaba celebrando misa en el cementerio de Pretextato muriendo mártir al ser decapitado (según la tradición en la Cárcel Mamertina) junto a los diáconos Januarius, Vincentius, Magnus y Stephanus, que lo acompañaban en la celebración eucarística. Ese mismo día también sufrieron el martirio los diáconos santos Felicísimo y Agapito, y poco después el diácono san Lorenzo.
Al papa Sixto II se le atribuyó en alguna época la autoría de la obra Sentencias de Sexto, también conocida como “Anillo de Sixto”, obra que en realidad es debida a un filósofo pitagórico llamado también Sixto.
El papa Sixto II efectuó el traslado de los restos de San Pedro y San Pablo.