Liturgia y santoral 9/4/13 MARTES

FERIA
– Hch 4, 32-37. Tenían un solo corazón y una sola alma.
– Sal 92. R. El Señor reina, vestido de majestad.
– Jn 3, 5a. 7b-15. Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: “Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu.” Nicodemo le preguntó: “¿Cómo puede suceder eso?” Le contestó Jesús: “Y tú, el maestro de Israel, ¿no lo entiendes? Te lo aseguro, de lo que sabemos hablamos; de lo que hemos visto damos testimonio, y no aceptáis nuestro testimonio. Si no creéis cuando os hablo de la tierra, ¿cómo creeréis cuando os hable del cielo? Porque nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.”

SANTORAL:
Santos: María Cleofás, discípula del Señor; Casilda de Toledo, virgen; Desio, obispo y mártir; Marziabo, presbítero y mártir; Prócoro, Demetrio, Conceso, Hilario, Eusiquio, Heliodoro, Basilio, Rufino, Isidoro, Eugeniano, Celso, Anastasio, Abdías, mártires; Acacio, Marcelo, Hugo, obispos; Waldetrudis, virgen; Antonio Pavonio, Crescencia, beatos.

Imagen
SANTA CASILDA, virgen + 1074
Casilda, adaptación castellana del árabe “casida”, eso es, cantar o poema, se supone hija del rey moro de Toledo Aldemón o Almamún, a quien se ha dado también otros muchos nombres, y era al parecer una princesa muy compasiva que se apiadaba de la suerte de los cautivos cristianos.
En un bello lienzo de Zurbarán la vemos entre majestuosos ropajes llevando rosas en el halda, ya que según la tradición daba de comer a los presos, y al sorprenderla su padre y preguntarle qué ocultaba en los pliegues de su vestido, ella dijo que rosas, y en flores se convirtieron las viandas, como también se atribuye a santa Isabel.
Los cristianos le hablaban de Jesucristo, de la Virgen, de su fe… y el Espíritu Santo seguía actuando en el alma de Casilda… Por fin la joven cae enferma, empezó a padecer un flujo de sangre que ningún médico acertó a curar; y le aseguran que no lejos de Burgos y muy cerca de Briviesca hay unas aguas llamadas “de San Vicente” que hacen prodigios y que seguramente allí podrá curarse. Pero la dificultad está en que aquellos “Baños” están en territorio cristiano…
Aldemón consintió en aquel viaje a los reinos cristianos, y Casilda, después de sanar de su mal tras bañarse allí, se bautizó e hizo construir una ermita en aquel mismo lugar donde vivió santamente hasta su muerte.
Llevó una vida de caridad, penitencia y oración. El Señor obró por su medio muchos prodigios. En cuanto murió fue venerada como santa. Era el 1074.
«La virgen mora que vino de Toledo», muy venerada en Burgos, reposa en aquel cerro que domina un valle, en el santuario actual, lugar de peregrinación durante siglos y que no deja de frecuentar la piedad de nuestros contemporáneos.
Se la invoca contra el flujo de sangre, y dicen que basta que una mujer pruebe sus aguas y eche una piedra al lago para tener asegurada la descendencia