Viernes de Dolores 2014
Como cada año, el Viernes de Dolores es un día muy esperado y querido por todos los cofrades ya que es cuando nos podemos acercar a besar a Nuestra Madre de los Dolores. Desde las 10 de la mañana hasta las 21:30 que se cierra el templo fue un continuo discurrir de personas y de actividad.
A las 12 de la mañana tuvo lugar la solemne Eucaristía presidida por el Rector del Colegio de San Albano “Los Ingleses” (nuestros queridos Cofrades de Honor). Una misa rezada en tres idiomas y concelebrada por tres sacerdotes, con todo tipo de detalles litúrgicos, en un templo casi lleno de devotos a la Dolorosa.
Ya por la tarde, a las 18:30 se celebró el ejercicio del Santo Vía Crucis y a las 19:30 el rezo del Santo Rosario en honor de la Virgen para acto seguido celebrar la Eucaristía del último día de la Novena, con el Templo a reventar.
Tras el cierre del templo al público, los cofrades seguimos trabajando hasta dejar la Iglesia vacía para el montaje de los pasos del día siguiente.
Un día intenso, siempre bajo la amorosa mirada de Nuestra Madre.
Como cada año, el Viernes de Dolores es un día muy esperado y querido por todos los cofrades ya que es cuando nos podemos acercar a besar a Nuestra Madre de los Dolores. Desde las 10 de la mañana hasta las 21:30 que se cierra el templo fue un continuo discurrir de personas y de actividad.
A las 12 de la mañana tuvo lugar la solemne Eucaristía presidida por el Rector del Colegio de San Albano “Los Ingleses” (nuestros queridos Cofrades de Honor). Una misa rezada en tres idiomas y concelebrada por tres sacerdotes, con todo tipo de detalles litúrgicos, en un templo casi lleno de devotos a la Dolorosa.
Ya por la tarde, a las 18:30 se celebró el ejercicio del Santo Vía Crucis y a las 19:30 el rezo del Santo Rosario en honor de la Virgen para acto seguido celebrar la Eucaristía del último día de la Novena, con el Templo a reventar.
Tras el cierre del templo al público, los cofrades seguimos trabajando hasta dejar la Iglesia vacía para el montaje de los pasos del día siguiente.
Un día intenso, siempre bajo la amorosa mirada de Nuestra Madre.